Una fuerte explosión provocada por un coche bomba sacudió hoy el recinto de las Naciones Unidas en Mogadiscio, a lo que siguió un enfrentamiento armado que todavía continúa.
La explosión ocurrió alrededor de las 12:00 hora local (09:00 hora GMT) ante el complejo, situado en las inmediaciones del aeropuerto de la capital somalí, tras lo que varios asaltantes se internaron en el recinto.
La ONU confirmó el ataque a través de su cuenta de Twitter: “El recinto de la ONU en Mogadiscio (se encuentra) bajo un complejo ataque. Las fuerzas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) y las de seguridad de Somalia (están) sobre el terreno”.
Por su parte, la milicia fundamentalista islámica somalí Al Shabab se atribuyó la autoría del ataque también a través de Twitter.
“Unidades muyahidines de la Brigada del Sacrificio han atacado el recinto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), cerca del aeropuerto, en Mogadiscio”, aseguró Al Shabab.
Según los integristas, el recinto “está ahora bajo el control total (de los radicales) y la batalla continúa”.
AMISOM también usó Twitter para condenar un “acto cobarde” que “refuerza el compromiso de la Misión de la Unión Africana en Somalia para librar a Somalia de la amenaza de Al Shabab”.
A pesar de los avances logrados el pasado año en el terreno político, Somalia se encuentra todavía inmersa en un prolongado y complejo conflicto armado.
Las tropas de AMISOM, el Ejército somalí, las Fuerzas Armadas etíopes y varias milicias progubernamentales combaten a Al Shabab, la milicia fundamentalista islámica dominante desde 2006.
Al Shabab, que anunció en febrero de 2012 su unión formal a la red terrorista Al Qaeda, lucha supuestamente para instaurar un estado islámico de corte wahabí en Somalia.
Aunque las tropas aliadas arrebataron a finales del pasado septiembre a Al Shabab su mayor bastión, la ciudad costera sureña de Kismayo, los radicales todavía controlan buena parte del centro y el sur de Somalia, donde el frágil Ejecutivo del país aún no puede imponer su autoridad.
Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un Gobierno medianamente efectivo y en manos de milicias radicales islámicas, señores de la guerra que responden a los intereses de un clan determinado y bandas de delincuentes armados.