Investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) experimentan en laboratorio la germinación de semillas de plantas que son nativas de la región montañosa y semidesértica de la entidad, con la finalidad de reproducirlas y que puedan ser reintroducidas a sus ecosistemas naturales en las que su número poblacional ha reducido drásticamente.
El Doctor Jacinto Treviño Carreón, investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias (FIC) de la UAT, explicó que esta labor es parte de un proyecto para la conservación de ecosistemas de montaña del altiplano tamaulipeco.
El especialista expuso el proyecto durante el reciente evento del Día del Investigador celebrado en esta capital, acompañado por alumnos tesistas de licenciatura y posgrado que colaboran en las investigaciones.
Ahí mostró a niños, jóvenes y público en general, el trabajo que se hace para la germinación de semillas de especies como encino, bromelias, maguey de montaña, la yuca (palma de chocha), ceibilla y otras plantas nativas.
“Estamos trabajando con polinización de plantas nativas y lo que es germinación de las semillas a diferentes intensidades de luz: blanca, verde, azul y roja, obteniendo diferentes resultados”, indicó.
“Cada especie está germinando de manera diferente en cada uno de los tipos de luz. Y una vez que logramos la germinación la pasamos al trasplante, para llevarla a vivero, hacerla crecer y posteriormente poder ser reintroducida a sus ecosistemas naturales”, apuntó.
Subrayó que el objetivo es obtener a qué intensidad de luz germinan las semillas, y así saber bajo qué condiciones, las plantas pueden ser trasplantadas y sembradas en el campo, como es el caso de los magueyes tamaulipecos, que dijo, tienen una importante función ecológica en los ecosistemas de zonas áridas.
En este sentido, explicó que se trabaja con semillas y plantas como el maguey de montaña, la yucca filifera, la hechtia epigina, una especie de bromelias micro endémica de Jaumave, y el pseudobombax ellipticum, un árbol conocido también como pochote o ceibilla.
“Tenemos también semillas de encino, que son árboles de aquí de la región y que podrían ser utilizados para plantarse en la ciudad, que no necesitan mucha agua. Podríamos usarlo para reforestación y reducirían agua para su riego y mantenimiento porque son nativos de la región”.
Dijo que lo importante de esto es saber cómo germinarlas, ya que este es un problema que se presenta cuando se trabaja con plantas nativas, luego de mencionar como ejemplo, el caso del chile piquín, que tuvo que pasar mucho tiempo para llegar a saber cómo germinarlo, al ser una planta nativa.
Enfatizó en la importancia de que este trabajo permite no solo que las especies de plantas puedan ser reintroducidas en sus ambientes naturales, sino que también se puedan utilizar para ornato en áreas verdes, para repoblación y la recuperación de ecosistemas.
“Pero ya al dar las condiciones adecuadas bajo laboratorio, aseguramos que la gran cantidad de semillas germine y produzcan una nueva planta; cada planta tiene su historia de vida allá en cada ecosistema”.
Cabe mencionar que el Doctor Treviño Carreón pertenece al Cuerpo Académico de Conservación de Ecosistemas en la FIC-UAT y una de las líneas es la Conservación de Comunidades Vegetales en Zonas Áridas, donde también colaboran otros investigadores del plantel universitario como Rafael Herrera, Karla Flores, entre otros, apoyados por estudiantes de posgrado, de ingeniería en ciencias ambientales y de biología.
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