El Instituto Federal Electoral (IFE) iniciará el próximo lunes la producción de 1.6 millones de credenciales para votar con un nuevo modelo, que incluye ocho medidas de seguridad y, a principios de 2014, durante su tramitación será opcional la inclusión del domicilio del elector.
La producción de las nuevas micas estará a cargo del nuevo proveedor Giesecke y Devrient de México SA, con el que el IFE firmó un contrato multianual hasta 2018 para producir unos 68 millones de credenciales para votar.
Aunque ya está todo listo para la operación de los centros de producción, la visibilidad o no en las micas de los datos de la calle, número exterior e interior del domicilio del elector, podrá ser opcional hasta febrero, cuando entre en vigor el acuerdo del IFE en esa materia y siempre que éste sea ratificado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), tras la impugnación que hicieron los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y del Trabajo (PT).
De acuerdo a los dos partidos, los magistrados electorales deben valorar que con el domicilio no visible estaría en riesgo la confiabilidad del padrón electoral y listados nominales, así como la certeza del acto de emisión del voto y la identidad del votante.
La nueva mica tendrá ocho medidas de seguridad: dos físicos; datos variables impresos en tinta ultravioleta, datos fijos en tinta de seguridad; microtexto; elemento de seguridad generado mediante un proceso informático y foto fantasma con datos variables, mientras que en el reverso una fotografía impresa con tinta ultravioleta.
Este miércoles, en sesión extraordinaria, el IFE aprobó variaciones mínimas a ese modelo de la mica, consistentes en la incorporación de la firma del ciudadano tal como fue digitalizada en su solicitud (sin necesidad de escanearla), y la inclusión de dos datos en el código bidimensional de la credencial.
Según el acuerdo aprobado, no realizar ese cambio en el mecanismo traería consigo un “incremento en el tiempo de atención al ciudadano derivado de los cambios en el proceso de digitalización de documentos, así como cambios en los procedimientos operativos que sigue el personal de módulos”.
Así, con el acuerdo aprobado se podrá plastificar la credencial desde su producción, aunque eso implicará también un cambio en las especificaciones de la tecnología a adquirir para la operación de los módulos.
Respecto a la otra “variación”, se planteó que las tendencias tecnológicas existentes permiten aumentar los datos contenidos en el código de barras bidimensional mediante Archivo Portátil de Datos (Portable Data File, PDF), ampliación que autorizó el IFE.
“El no limitar el tamaño del código PDF-417, permitirá tener un mayor control sobre el nivel de redundancia que se desea obtener, garantizando una mayor facilidad de lectura de la información, así como la posibilidad de adicionar información a dicho código, si fuera el caso” indica el documento.
Además la tecnología sobre este tipo de dispositivos “está evolucionando, así como la densidad de impresión y de lectura en los dispositivos, lo que permitiría en un futuro contar con mayor información dentro de estos códigos bidimensionales”.
Por eso se aprobó incluir, de manera cifrada, los datos de los ciudadanos contenidos en la credencial para votar. Los datos serán la edad del ciudadano al realizar algún trámite en el módulo y su domicilio, mismos que no serán visibles sino que requerirán lector.