INGLATERRA.- Hace un año la noticia de un hombre con VIH que, tras sufrir un cáncer, se había sometido a un trasplante de células madre de la médula ósea y parecía haberse curado de ambas enfermedades avivó la esperanza de que era posible encontrar una cura para este virus; si embargo, entonces, los científicos pedían cautela e insistían que aún era pronto para hablar de curación. Ahora, después de que el hombre, al que apodan ‘el Paciente de Londres’, lleve 30 meses sin tomar tratamiento antirretroviral y sin signos detectables del virus en el cuerpo, los investigadores consideran que sí, que se ha curado.
Se convierte así en la segunda persona en el mundo en haber logrado eliminar el VIH, después de que un primer individuo, el “Paciente de Berlín”, hace 12 años se sometiera también a dos trasplantes de células madre, en 2007 y 2008, para tratar un cáncer y lograra curarse de ambas enfermedades. Y podría haber una tercera persona curada, tal como publican los investigadores en The Lancet HIV. Se trata de un paciente de Düsseldorf que, por el momento, lleva ya 14 meses con el virus indetectable en ausencia de medicación.
El tratamiento antirretroviral es esencial para mantener la infección de VIH bajo control: reduce la concentración de virus en el organismo y el riesgo de transmisión; e impide que la infección por VIH acabe provocando SIDA, la enfermedad. Cuando una persona portadora del VIH interrumpe el tratamiento, el virus rebrota en las primeras cuatro semanas.
Que en los tres pacientes que han logrado curarse de VIH no hayan tenido rebrote del virus se debe a que recibieron un trasplante de células madre de donantes que tenían dos copias de una mutación que provoca que los glóbulos blancos, las células de defensa del organismo, sean resistentes al VIH. Al hacerles el trasplante, conforme las células del donante van reemplazando las de la persona con el virus disminuyen las posibilidades de que el VIH se replique y, por tanto, que pueda seguir infectando. Y, como demuestran estos tres casos, el virus acaba desapareciendo.
“Cuando se publicó el caso de Londres insistimos en no hablar de cura porque, aunque 18 meses invitaban mucho al optimismo porque no se había visto un intervalo tan largo desde el Paciente de Berlín, queríamos ser prudentes y no generar falsas expectativas”, afirma Javier Martínez-Picado, investigador Icrea en IrsiCaixa y co-coordinador de IciStem.
El paciente de Londres, el segundo caso de persona con VIH curada, se llama Adam Castillejo, tiene 40 años y el lunes decidió hacer pública su identidad en una entrevista con el The New York Times, donde reveló que había convivido con el VIH desde 2003. En 2012 le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin, un cáncer que afecta a las células del sistema inmunitario, y en 2016 se sometió a un trasplante de células madre. Aquí la clave está en que los médicos eligieron a un donante con la mutación CCR5 Delta 32, que protege de forma natural frente al VIH puesto que impide la entrada del virus a las células diana del VIH, los linfocitos T CD4, un tipo de glóbulo blanco.
Dieciséis meses después, los médicos decidieron interrumpir el tratamiento retroviral y en marzo de 2019, tal como publicó este diario, la revista Nature ya recogía en un artículo que llevaba 18 meses sin virus detectable en sangre. Entonces era el segundo caso de remisión a largo plazo.
Ahora, 30 meses después y coincidiendo con la celebración de la Conferencia de Retrovirus e Infecciones Oportunísticas, el congreso mundial más importante sobre sida, que debía celebrarse estos días en Boston (EE.UU.) pero que debido a la Covid-19 tiene lugar de forma virtual, los investigadores han anunciado que la carga viral en sangre continúa indetectable, también en líquido cerebro-espinal, tejido intestinal y linfático, y semen.
Los científicos sí han detectado pequeñas señales de virus en tejidos linfoides; se trata de fragmentos del virus y no del genoma entero, por lo que “no es probable que sea capaz de generar una nueva partícula viral e infecte de nuevo el cuerpo del paciente”, señala Martínez-Picado.
Por lo que respecta al tercer paciente que podría haberse curado, de Düsseldorf, es un hombre de 50 años con VIH que en febrero de 2013 recibió un trasplante de células madre con la mutación CCR5 Delta 32 para tratar una leucemia mieloide aguda. En noviembre de 2018 los médicos decidieron interrumpir el tratamiento antirretroviral. Ahora, 14 meses después, continúa sin rebote viral y los investigadores consideran que podría tratarse del tercer caso del mundo de curación del VIH.
“Es un tratamiento de alto riesgo y solo se usa como última opción para pacientes con VIH que padecen enfermedades hematológicas que ponen en riesgo su vida. Por tanto, no es una opción que podría ofrecerse se forma generalizada a pacientes que ya siguen un tratamiento antirretroviral con éxito”.
Tanto el Paciente de Londres como el de Düsseldorf forman parte del consorc io IciStem, coordinado por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa ye l Centro Médico Universitario de Utrech (Holanda). Está integrado por unos 200 investigadores en Europa, Estados Unidos y Canadá, y han analizado cinco millones de personas para identificar potenciales donantes de médula ósea y cordón umbilicalcon dos copias de la alteración genética que resulta protectora frente al virus.
“Nuestros resultados muestran que el éxito del trasplante de células madre, como una cura para el VIH, se puede replicar”, asegura Ravindra Kumar Gupta, de la Universidad de Cambridge y coautor de este trabajo. “Es importante señalar que este tratamiento es de alto riesgo y solo se usa como última opción para pacientes con VIH que padecen enfermedades hematológicas que ponen en riesgo su vida. Por tanto, no es una opción que podría ofrecerse se forma generalizada a pacientes que ya siguen un tratamiento antirretroviral con éxito”, puntualiza.
El peligro radica, explica Martínez Picado, en el hecho de usar células madre de donantes, porque pueden provocar reacciones graves en el organismo, como por ejemplo que estas células ataquen a los órganos del receptor. Por eso, en el consorcio IciStem se está investigando la posibilidad de realizar trasplantes autólogos, esto es de las propias células. “Se trata de usar la ingeniería genética para tomar células madre de las personas con VIH, modificarlas en el laboratorio para que dejen de expresar el receptor del virus, y reinfundirlas en sangre en el paciente”, explica Martínez-Picado.
Este tipo de trasplantes de células madre propias manipuladas mediante ingeniería genética abre la puerta a hallar nuevos tratamientos de cura del VIH. En el futuro, inciden los investigadores, podría ser una terapia con aplicabilidad a gran escala, cuando la tecnología se abarate. En este sentido, por ejemplo, la Fundación Bill y Melinda Gates, una de las mayores fundaciones filantrópicas del mundo, tiene un programa de terapia génica aplicado al VIH que quiere implementar en países en vías de desarrollo.
«Los trasplantes de células madre propias manipuladas mediante ingeniería genética abren la puerta a hallar nuevos tratamientos de cura del VIH.
CON INFORMACIÓN DE LA VANGUARDIA