La Iglesia católica beatificó a 522 personas – en su mayor parte sacerdotes y monjas – asesinadas antes y durante la Guerra Civil española de 1936 a 1939.
La beatificación, el paso anterior a la canonización, fue presidida por el cardenal Angelo Amato en una ceremonia al aire libre a la que asistieron miles de personas en la ciudad costera catalana de Tarragona, en el noreste del país. Entre los asistentes estaban casi 4.000 familiares de los beatificados.
En la década de 1930 España quedó sumida en una violencia política y sectaria que culminó con el exilio del rey Alfonso XIII y la instalación de la Segunda República en 1931, cuando turbas anticlericales atacaron a los religiosos y quemaron iglesias.
Esa ola de violencia culminó en la Guerra Civil de 1936-1939, ganada por las fuerzas encabezadas por el general Francisco Franco con el apoyo de laAlemania nazi y la Italia fascista.