A la par del Huracán Paulina que destrozó barrios enteros de Acapulco y arrancó la vida a poco más de 400 personas según estimaciones de la Cruz Roja, el puerto experimentó un gran florecimiento inmobiliario en una zona que hasta entonces era de manglares con huertas de mango y coco.
A partir de 1997 con el priista Manuel Añorve Baños como Presidente Municipal, grupo GEO entregó el primero de los seis fraccionamientos que ha construido en Acapulco de Juárez, aprovechando que las autoridades municipales cambiaron el uso de suelo de áreas verdes y humedales a zona habitacional.
Desde entonces a la fecha, los permisos de construcción no han parado y ahora existen más de 10 fraccionamientos que suman más de 10 mil viviendas en la zona, la mayoría de las cuales fueron adquiridas a través de créditos gestionados por el Infonavit o el Fovissste.
Grupo Geo acapara hasta el 50 por ciento de las ventas y también el número de fraccionamientos afectados por la tormenta tropical “Manuel”, ya que cuatro de ellos sufrieron inundaciones por el desbordamiento de la Laguna de Tres Palos y el Río Sabana.
Una de las unidades que ha registrado más pérdidas y que en este periodo ya se inundó en dos ocasiones es la colonia Colosio, misma que se entregó en 1997.
Hogar para centenas de trabajadores y algunas familias reubicadas tras la tragedia del huracán Paulina, hoy habita en Colosio la incertidumbre, debido a que la Laguna de Tres Palos no le da tregua.
La familia de Jenny García Arroyo fue una de las primeras en sufrir los embates de Manuel y cuando comenzaron a secar sus cosas con los primeros rayos de sol, volvieron a sufrir otra inundación.
Adquirido mediante un préstamo del Infonavit a grupo GEO, Jenny hoy no sabe si perderá su patrimonio. Eso sí, relata que en 2008 en Colosio ya habían sufrido otra inundación, por lo que acusa a esa empresa constructora de no prever obra hidráulica para proteger estas casas de la fuerza de la naturaleza, a sabiendas de que todo ahí, era un pantanal.
“Usted sabe que el agua, siempre encuentra su camino y ahí están las consecuencias”, denuncia.
También resultaron con afectaciones los fraccionamientos de GEO conocidos como Joyas del Marques, La Marquesa, Marina Diamante y Tulipanes, mientras que Las Garzas y Las Gaviotas que tradicionalmente presentan problemas de inundaciones, en esta ocasión presentan daños menores.
Para Jorge Jiménez que se mudó a la zona hace tres años tras comprar una casa de dos pisos rematada por su dueño original, el cual huyó de la violencia que ha padecido Acapulco desde el sexenio pasado, Joyas del Marques parecía un fraccionamiento seguro, debido a que las inundaciones siempre se registraban en otras unidades habitacionales.
La vivienda de dos pisos y acabados de lujo que sufrió el impacto de “Manuel”, tuvo un costo para su familia de 400 mil pesos y aunque reconoce que la fuerza de esta tormenta no tiene precedente, también acusa a las autoridades de permitir que esta zona del puerto creciera de manera caótica, provocando que los canales fluviales se quedaran cortos ante la contingencia.
Adicionalmente, lamenta que el tráfico sea una “tragedia” permanente cada que hay vacaciones de verano, ya que el acceso a todos estos fraccionamientos está limitado a una avenida de dos carriles de ida y vuelta que conectan con el Boulevard de las Naciones y la zona de Acapulco Diamante.
Un tercer fraccionamiento de grupo GEO que resultó completamente dañado es La Marquesa con un largo historial de inundaciones y que en esta ocasión sufrió la creciente de los ríos que confluyen en la llamada Barra Vieja y la Laguna de Tres Palos, provocando pérdidas materiales y humanas, de acuerdo con Tomás Trujillo, cuya familia resultó afectada.
“En los días de lluvia no hubo ningún medio de transporte, para rescatar a las personas andaban unas lanchas sacando a la gente, pero el agua estaba arrasando y todo se lo llevó para acá a Barra Vieja y la Laguna de Tres Palos”, relató.
La voz de las inmobiliarias, niegan irregularidades
En la zona también se localizan los fraccionamientos Real del Palmar de Ara, Costa Dorada de Homex, La Palma Residencial de Grupo GL, Construcciones y Promociones, así como Quintas Miramar y La Ceiba de Grupo EVY.
Estos dos últimos desarrollos inmobiliarios también quedaron bajo las corrientes de agua, lodo y arena, por lo que sus habitantes perdieron prácticamente todo, excepto el cascarón de las casas que en su momento les vendieron como las más seguras y las de mayor plusvalía en la zona.
A diferencia de las otras empresas constructoras que abandonaron a sus clientes tras el impacto de “Manuel”, empleados de grupo EVY llegaron hasta la zona de desastre para apoyar a las familias con el trámite de los seguros, pero también para enfrentar los reclamos de algunos de sus condóminos.
El representante de grupo EVY en Acapulco, Guerrero, Miguel Ángel Osorio, señala que este apoyo es prestado por la empresa por decisión propia, ya que legalmente no están obligados a responder por las mil 200 viviendas que construyeron en una zona pantanosa.
Además, Osorio deslinda a grupo EVY de cualquier irregularidad que se haya presentado en la zona por el cambio de uso de suelo, destacando que ellos comenzaron a construir en el año 2004 cuando ya se habían otorgado todas las autorizaciones a otras constructoras.
El abogado de Grupo EVY reconoce que dicha empresa estaba al tanto de que sus desarrollos La Ceiba y Quinta Miramar fueron levantadas en una zona pantanosa, pero también señala que lo mismo ocurre con el resto de Acapulco Diamante, incluyendo los terrenos en los cuales se erigió el aeropuerto internacional de ese destino turístico.
Finalmente, Miguel Ángel Osorio reveló que ante la falta de apoyos para las mil 200 familias que perdieron todo en La Ceiba y Quintas Miramar luego de la tragedia, solicitaron a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) que encabeza Rosario Robles no abandonar a sus habitantes, recibiendo como única respuesta que había puntos más urgentes, por lo que tendrían estas personas tendrían que esperar.
Lo cierto es que casi 10 mil familias se enfrentan hoy a una situación de crisis que está hundiendo su patrimonio, sin que ninguna autoridad o empresa se haga cargo de las afectaciones provocadas por “Manuel”.