El Senado de la República aprobó este martes, con 115 votos a favor y dos abstenciones, las reformas a la Ley General de Salud para establecer el etiquetado frontal que aplicará en los alimentos chatarra procesados, ultraprocesados y bebidas no alcohólicas.
El etiquetado frontal deberá indicar si el producto excede límites de contenido energético, azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio; además, será independiente de los datos nutrimentales contenidos en las etiquetas traseras. Ahora incluirán información de “fácil comprensión, veraz, directa, sencilla y visible” sobre la comida chatarra a consumir.
¿Cuándo se aplicará el etiquetado frontal en la comida chatarra?
En el artículo segundo transitorio de la Ley General de Salud se establece que el Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador, tendrá un plazo de 180 días (máximo hasta abril 2020) para ordenar las adecuaciones a la norma oficial mexicana en la materia.
La reforma ya fue turnada al titular del poder Ejecutivo federal para su publicación
Legisladores y etiquetado frontal
Miguel Ángel Navarro, presidente de la Comisión de Salud en la Cámara Alta, anotó que “la obesidad infantil es culpa de la sociedad, no es de los niños; hoy tenemos que elaborar estrategias preventivas”, además de dejar a un lado el sedentarismo.
No se puede promover la salud con una bebida azucarada (o comida chatarra) en la mano; hoy tenemos que ser ejemplos para una nueva conducta y una nueva cultura”.
En tanto, Jesusa Rodríguez, senadora de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), aseveró en la tribuna que “el etiquetado frontal de advertencia es apenas el comienzo; pues lo que sigue es que la industria reformule productos y deje de agregar ingredientes excesivos y químicos adictivos en los ultraprocesados que, en general, son veneno disfrazado de alimento”.
Áreas de oportunidad del etiquetado frontal
Finalmente, Sylvana Beltrones, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), comentó durante su intervención que “la propuesta del etiquetado (frontal) en minuta no da la información suficiente y clara”, además que no comunica de forma efectiva los datos nutrimentales.
(El etiquetado frontal) nos debe ayudar a tomar decisiones saludables entre los consumidores, por ejemplo: un hipoglucémico, un diabético. Al leer estas alertas y ver que el producto es alto en azúcar, (la gente meditará su consumo)”.