El grupo internacional defensor de los derechos humanos Human Rights Watch afirmó el martes que tiene evidencia que “indica contundentemente” que las fuerzas del régimen sirio lanzaron cohetes con ojivas que contenían un agente nervioso en el ataque de agosto contra un suburbio de Damasco que mató a decenas de personas.
Human Rights Watch dijo que exmainó documentos del presunto ataque químico del 21 de agosto contra Ghuta, un suburbio de la capital siria controlado por los rebeldes.
La organización con sede en Nueva York dijo que el agente nervioso utilizado fue “muy probablemente, sarín”.
El grupo dijo que sus activistas no pudieron ir a Ghuta a recolectar restos de armas ni muestras ambientales o de cadáveres, como cabello y sangre, para hacer pruebas con el fin de determinar la sustancia química, pero aseveró que solicitó la asesoría técnica de un experto en la detección y en los efectos de armamento químico.
Para sustentar sus afirmaciones, HRW dijo que analizó los relatos de testigos y “el tipo de cohetes y lanzadores utilizados” en el ataque.
También manifestó que los expertos del grupo estudiaron síntomas médicos documentados de las víctimas y analizaron videos de activistas subidos a internet después del ataque, que ha puesto a Estados Unidos al borde de una intervención militar en la guerra civil en Siria.
Human Rights Watch difundió sus conclusiones en un reporte de 22 páginas.
“Esta evidencia indica contundentemente que las tropas del gobierno sirio lanzaron cohetes con ojivas químicas contra los suburbios de Damasco esa terrible mañana”, dijo Peter Bouckaert, director de emergencias de HRW.
Los síntomas de las víctimas “proveen evidencia reveladora sobre el sistema de armas empleado” agregó.
Assad y funcionarios de su gobierno han refutado las acusaciones de que sus fuerzas usaran agentes químicos, y han culpado a los rebeldes sirios, a los que describen como terroristas, de efectuar el ataque para ganar apoyo internacional.
No obstante, el ministro sirio de relaciones exteriores Walid al-Moallem vio con buenos ojos la propuesta rusa de poner los arsenales químicos de Siria bajo control internacional.