Rebeldes sirios mataron al menos a 190 civiles y tomaron más de 200 rehenes durante una ofensiva en la provincia de Latakia en agosto, dijo el viernesHuman Rights Watch (HMW), en lo que llamó la primera prueba de crímenes contra la humanidad por parte de las fuerzas de la oposición.
HRW dijo que muchos de los muertos fueron ejecutados por grupos militantes, algunos vinculados con al Qaeda, que invadieron posiciones militares al amanecer del 4 de agosto, y después se movieron hacia 10 pueblos cercanos en los que vivían miembros de la secta alauí a la que pertenece el presidente, Bashar al-Assad.
En su primer viaje a Siria aprobado por el Gobierno durante el conflicto que comenzó hace dos años y medio, HRW, con sede en Nueva York, ha documentado una serie de asesinatos masivos por parte de los enemigos de Assad durante una campaña más amplia en la cual participaron rebeldes respaldados por Estados Unidos.
En algunos casos, familias enteras fueron ejecutadas o abatidas mientras huían, según un informe titulado “You Can Still See Their Blood” (Todavía puedes ver su sangre).
HRW identificó a cinco grupos rebeldes que instrumentaron la financiación, organización, planificación y ejecución de los ataques en Latakia, entre ellos las formaciones vinculadas con al Qaeda Jabhat al-Nusra, Estado Islámico de Irak y Levante, así como el grupo islamista Ahrar al-Sham y otra unidad de combatientes yihadistas extranjeros.
Estos grupos publicaron su implicación mediante videos y comunicados, algunos de los cuales fueron usados para corroborar el informe de HRW. La operación parecía haber sido financiada por donantes basados en el Golfo, dijo el organismo.
Lo que está menos claro es el papel de los combatientes del Ejército Sirio Libre (ESL), el brazo armado de la principal coalición opositora que es apoyada abiertamente por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y estados suníes del Golfo.
En un video publicado el 11 de agosto y filmado aparentemente en Latakia, el jefe del ESL Salid Idriss dijo que el grupo estaba participando en la ofensiva “en gran parte”.
Pero la investigadora de HRW Lama Fakih, que pasó varios días en la provincia de Latakia en septiembre hablando con residentes, soldados, milicianos, médicos y funcionarios, dijo que no podía confirmar si el ESL estuvo presente el 4 de agosto, cuando tuvieron lugar las atrocidades.
Las fuerzas de Assad también son acusados por grupos de derechos humanos de cometer atrocidades y usar bombas incendiarias y de racimo en zonas pobladas. Han llevado a cabo ataques sectarios, incluida la muerte de hasta 450 civiles en dos masacres en zonas principalmente suníes en mayo, según funcionarios de la ONU.
Grupos de derechos y de la oposición acusan a Damasco de un ataque con armas químicas en un suburbio de Damasco el 21 de agosto en el que murieron cientos de civiles. El Gobierno culpa a los rebeldes del ataque.
Reuters no puedo obtener comentarios de los 20 grupos rebeldes mencionados en el informe de HRW.
El portavoz de la Coalición Nacional Siria dijo que condenaban todos los abusos contra los derechos humanos y que si alguno había sido cometido por rebeldes afiliados a la coalición, éstos se enfrentarían a la justicia.