Alrededor de 400 personas indocumentadas que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos y que fueron detenidas por la patrulla fronteriza, tuvieron que ser liberadas en paraderos de autobuses en Arizona, ya que los centros de detención estaban llenos debido a un aumento de inmigrantes, dijeron funcionarios estadounidenses.
Las familias fueron aprehendidas en Texas, llevadas en avión a Arizona y dejadas en masa en la estación en Phoenix por autoridades federales de inmigración abrumadas por el aumento del número de familias capturadas tratando de cruzar la frontera mexicana hacia el valle del Río Grande en Texas. Con edades desde apenas unos meses hasta adolescentes, algunos de los menores estaban enfermos y aletargados.
Por primera vez, los centros de detención en Texas han estado desbordados en el último mes, debido a una gran afluencia de centroamericanos que cruzaron la frontera, dijo Andy Adame, portavoz de la patrulla fronteriza de Estados Unidos en Tucson, Arizona.
“Tenemos mano de obra suficiente, se trata del espacio de detención”, dijo Adame al explicar por qué los inmigrantes, en su mayoría familias con niños, fueron enviados de Texas a Arizona para ser liberados.
Muchas personas que cruzan la frontera ilegalmente desde México son rápidamente obligados por la patrulla fronteriza de Estados Unidos a volver, pero aquellos procedentes de América Central y otras regiones deben ser trasladados a la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) para ser enviados a sus países.
Los 400 inmigrantes que ingresaron a Texas fueron entregados a la custodia de ICE y liberados en estaciones de autobuses en Tucson y Phoenix, según la agencia.