México se convirtió en el undécimo país en el que se producen más muertes violentas relacionadas con el consumo de alcohol, reveló un nuevo estudio del Banco Mundial. El informe da cuenta de que nueve de las once naciones con más incidencia de fallecimientos por esta causa se ubican en la región latinoamericana.
Las conductas de riesgo a la salud –entre las que cita fumar, consumir drogas ilícitas, abusar en el consumo de alcohol, dietas malsanas y sexo no seguro– van en aumento en todo el mundo y plantean una amenaza creciente a la salud de las personas, en especial en los países en desarrollo, advirtió el estudio del Banco Mundial, publicado este miércoles.
A escala mundial, el consumo de alcohol está involucrado en una de cada tres muertes violentas y en uno de cada cinco muertes por accidente de tráfico. Esta relación es todavía más acusada en los países de más bajo ingreso, dice el informe de los expertos del Banco Mundial, elaborado con cifras de la Organización Mundial de la Salud.
“Entre los países para los cuales existe información (sobre las muertes violentas relacionadas con el consumo de alcohol) los más pobres son los que tienen más probabilidades de caer en los rangos más altos de muertes violentas”, dice.
El país con más muertes violentas relacionadas con el consumo de alcohol, según el reporte, es Colombia, donde en 55 de cada 100 fallecimientos por causas violentas estuvo implicado el consumo de alcohol. El segundo es El Salvador, con una relación de 53 por cada 100; Guatemala, 44 por cada 100 y Venezuela, con una relación de 38 por cada 100 muertes violentas en que hubo consumo de alcohol.
Después están Brasil, Rusia y Ecuador, con una relación de 35, 33 y 31 de cada 100 muertes por causas violentas en las que hubo consumo de alcohol. Siguieron: Kazajastán, Paraguay y Panamá, con 25, 23 y 20 por cada 100.
En México, en 18 de cada 100 muertes violentas hubo consumo de alcohol, apuntó el reporte del Banco Mundial.
Los tres países con la incidencia más baja son: Japón, Singapúr, Reino Unido y Alemania, con un caso por cada 100.
“La legislación y los impuestos, por ejemplo, tienden a ser eficaces para combatir los riesgos a la salud, especialmente cuando se combinan con sólidos mecanismos de cumplimiento de la ley”, concluye el reporte Arriesgar su salud: causas, consecuencias y las intervenciones para prevenir conductas de riesgo.
“Campañas que buscan promover el cambio de comportamiento, como la educación sexual sólo en la escuela y las leyes de etiquetado para mostrar las calorías en los alimentos son a menudo menos eficaces por sí mismas, a menos que se complementen con programas más amplios para promover los cambios de hábitos”, agrega.
