“Lloré cada noche, los años se volvieron una eternidad”, contó entre sollozos Michelle Knight, durante la audiencia en Cleveland, una de las tres jóvenes secuestradas por Ariel Castro.
Michelle Knight, una de las tres mujeres que estuvo cautiva en Cleveland durante más de una década, dijo que Ariel Castro, su secuestrador, le “robó” 11 años de su vida, que le puede perdonar, pero “nunca” olvidará, y que merece pasar el resto de su vida en prisión.
“Lloré cada noche, los años se volvieron una eternidad”, contó entre sollozos Knight durante la audiencia en Cleveland en la que se conocerá la sentencia de Castro.
Knight instó a Castro a que piense en las “atrocidades” que les hizo a ella y a las otras dos mujeres, Amanda Berry y Gina DeJesús. Los secuestros se produjeron en los años 2002, 2003 y 2004 y duraron hasta el 6 de mayo pasado.
Las tres mujeres reflejaron en diarios los abusos sexuales y psíquicos a los que eran sometidas por Castro, quien en una ocasión las mantuvo encerradas en un vehículo durante tres días mientras tenía una visita en su casa
También indicó que su amistad con DeJesús “fue lo único bueno” que puede rescatar de su traumática experiencia y le dijo a Castro que su propio “infierno” acaba de empezar.
“Es una superviviente”
Castro, de origen puertorriqueño, se declaró culpable de 937 cargos de los casi 1.000 que enfrentaba después de que su defensa llegase a un acuerdo con la fiscalía para evitar la pena de muerte y puede ser condenado a cadena perpetua sin opción a libertad condicional.
También habló una familiar de DeJesús, que dijo de ella que es “una superviviente” y en español, dirigiéndose a Castro directamente, señaló: “Que Dios se apiade de tu alma”.
“Hoy (jueves) es el último día que queremos hablar de todo esto”, agregó.
La hermana de Berry, por su parte, pidió que se respete su derecho a no querer hablar.
Horas antes de esta audiencia salieron a la luz nuevos detalles del maltrato al que Castro sometió a sus víctimas, contenidos en un memorando publicado por la fiscalía.
Según ese memorando, Knight, Berry y DeJesús tuvieron cadenas atadas a los tobillos, solo tenían acceso a inodoros de plástico colocados en los dormitorios, “que rara vez se vaciaban”, y únicamente eran alimentadas una vez al día.
El pasado 6 de mayo, en un descuido de Castro, Berry logró escapar y pedir auxilio a gritos y un vecino, Charles Ramsey, acudió en su rescate y ayudó a la joven a romper la puerta de la casa en la que estaba secuestrada.
Berry dijo a sus rescatadores que en la casa había más personas recluidas contra su voluntad: DeJesús, desaparecida en 2004 con 14 años; Knight, cuyo rastro se perdió en 2002, cuando tenía 20; y su propia hija, de seis años, fruto de los abusos de Castro.