La Estrategia Nacional para el Control de la Obesidad y la Diabetes no contemplará la creación de impuestos para refrescos y comida chatarra, y se basará en tener informada a la sociedad sobre los alimentos que tienen altas calorías y colocar sellos de calidad a productos cuyos contenidos no causen problemas a la salud, adelantó ayer la Secretaría de Salud.
La estrategia incluirá un nuevo etiquetado para los productos; capacitación a personal de las unidades médicas de primer nivel para detectar y controlar tanto la obesidad como la diabetes; creación de espacios para la activación física en las escuelas, en el trabajo y a manera individual; así como la regulación de la publicidad dirigida a la población infantil, entre otras acciones.
Pablo Kuri Morales, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, explicó que dicha estrategia nacional podría ser presentada en breve por el Presidente de la República, y que la meta será lograr detener el avance de esta epidemia.
Dejó en claro que este problema, que fue generado desde hace muchas décadas, no se va resolver en un año ni en dos y probablemente ni en el presente sexenio.
“Pero queremos sentar las bases sólidas para ese cambio de actitudes y de concepción del problema de la obesidad, diabetes y sobrepeso”, precisó, a la vez que explicó que dicha estrategia se divide en tres pilares: atención médica, salud pública y política regulatoria.
Durante el Quinto Simposio “Algunos problemas globales de salud de impacto local”, realizado en la Academia Nacional de Medicina, el funcionario dijo que a través de esta estrategia se buscará que los individuos, las familias y comunidades tomen conciencia del problema que genera la obesidad y el sobrepeso, para que cambien sus actitudes.
Para ello, detalló, habrá campañas en medios masivos de difusión y se utilizarán medios electrónicos y redes sociales para difundir el concepto de que este es un problema donde todos tenemos que intervenir.
En cuanto a la atención médica, se prevé fortalecer el primer nivel de atención, en donde “se sabe que una proporción importante de los diabéticos o la gente con sobrepeso puede ser controlada”, destacó.
Sobre la publicidad que realiza la industria de los alimentos y bebidas, particularmente orientada a menores de edad, dijo que se tendrá que cuidar a qué grupos va dirigido y cuál es la que estará permitida.
Kuri Morales agregó que la meta inicial es detener el avance o la tendencia al crecimiento de la obesidad y la diabetes que ha habido en los últimos 12 años, así como incrementar el número de pacientes en control. Hoy, detalló el subsecretario, tenemos 25% y la meta es llegar a 30% para el final de la administración, lo cual sería un gran logro.
Sobre los impuestos a refrescos y productos con altos contenidos de azúcar, explicó que no se tienen contemplados en la estrategia porque representa sólo un pedacito del impacto, y lo más importante es cambiar las actitudes de las personas sobre lo que comen y el sedentarismo.
Emergencia de salud
Mercedes Juan López, secretaria de Salud, dijo que se requiere de una estrategia para controlar este problema pues la diabetes, el sobrepeso y la obesidad se han convertido en una emergencia de salud, dado los perfiles de mortalidad y morbilidad que generan, y que ponen en riesgo la productividad de la población, el desarrollo humano y el futuro del país.
Adicionalmente, aseguró que de continuar el aumento de este tipo de padecimientos su atención representará para el sector salud 101 mil millones de pesos en 2017.
Juan Ramón de la Fuente, coordinador del Seminario de Estudios sobre la Globalidad, y uno de los organizadores de este evento junto con la UNAM, coincidió con Mercedes Juan en que el sobrepeso, la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles se han incrementado en una proporción alarmante.
De alguna manera, señaló, México ha logrado colocarse casi a la cabeza de este problema (sobrepeso y obesidad) en algunos grupos de edad.
Factores ambientales, genéticos, culturales, psicológicos, el entorno, todo ha contribuido a generar esta trama compleja que se expresa en este tipo de problemas que se convierten en enfermedades, que se ramifican después en problemas para el sistema de salud, para los familiares y para el país en su conjunto, no solamente en términos de salud pública, sino también en términos de costos y perspectivas a futuro, enfatizó el ex secretario de Salud.
Desde su análisis, esta trama de salud tan compleja tiene que ver con la educación. “Yo estoy convencido que si no ponemos en marcha una ofensiva educativa, la posibilidad de éxito se reduce; porque creo que en mediano y largo plazo es la educación para la salud parte fundamental del desarrollo humano que podrá generar una mayor conciencia en los jóvenes y en los niños, que por diversas razones en México tiene factores de riesgo muy alto”, consideró el también ex rector de la UNAM.