Un de origen hispano que salió a admirar los fuegos artificiales de Año Nuevo en las afueras de su , ubicada en un barrio del suroeste de Houston, Texas, murió al ser impactado en la cabeza por una bala perdida.
Javier Suárez Rivera, de 43 años, se paró frente a su casa junto a su poco después de la medianoche para admirar los fuegos artificiales, cuando de repente se derrumbó, informó el vocero del Departamento de Policía de Houston, Víctor Senties.
Los vecinos intentaron reanimarlo y llamaron al número de emergencia 911, pero al arribar al lugar, los paramédicos declararon a Suárez Rivera muerto.
Las autoridades investigan la hipótesis de que Rivera fue muerto por una bala que le cayó en la cabeza proveniente de disparos hechos al aire en algún lugar de la zona, como celebración de Año Nuevo, aunque la oficina del médico forense deberá aún confirmar la causa.
Es muy peligroso salir a la calle y un arma de fuego al aire”, dijo Senties.
“Todo lo que sube tiene que bajar, y por lo general lo hace con mayor fuerza. Esta es una situación trágica”, indico.
Juárez Rivera había invitado a amigos y a su casa para el Año Nuevo.
Senties dijo que nadie en la casa de Suárez Rivera había estado disparando fuegos artificiales o armas en el momento de su muerte ni los vecinos dijeron haber visto un arma de fuego.
El disparo de un arma de fuego al azar, incluyendo los tiros hechos al aire, se considera una conducta mortal bajo la ley de Texas.
Las personas pueden ser acusadas de un delito menor o delito grave. Las multas pueden ser de hasta 10 mil dólares y penas que van, para un delito menor de un máximo de un año de prisión, mientras que un delito grave tiene un mínimo de dos años y de 10 años como máximo de cárcel.