Desde la óptica de la fe, suena como a un milagro, pero no, no lo es.
Si ya la tecnología y los avances médico-científicos permiten corregir las ametropías o disfunciones de la vista, recientes avances permiten un nivel hasta hace poco no imaginable.
Resulta que científicos en Alemania han logrado devolver la vista a pacientes ciegos, con la implantación de un microchip en la retina. Sí, así como lo lee.
Se trata de microcircuitos desarrollados por la compañía privada Retina Implant AG, los cuales poseen una resolución de casi mil 500 pixeles y son capaces de hacer que una persona que no ve nada pueda al menos tener una idea de cómo es el entorno.
En pruebas iniciales, el implante fue colocado en varios pacientes, algunos de los cuales no notaron mejoras debido a que su condición era demasiado avanzada, pero la mayoría logró detectar objetos brillantes.
Tres de ellos ‒que sufrían un tipo de ceguera congénita‒ lograron ver formas y objetos, días después de que se les instaló el chip.
El profesor Eberhart Zrenner, creador del dispositivo, ha explicado que los mejores resultados del implante fueron obtenidos con un paciente llamado Miikka Terho, quien logró reconocer cubiertos y una taza colocados sobre una mesa y la cara de un reloj. También pudo discernir siete tonos distintos de gris y logró caminar por un cuarto en forma independiente.
En pruebas posteriores, Terho leyó grandes letras colocadas frente a él, incluido su nombre que había sido mal escrito de forma deliberada y el paciente pudo notar el error.
“Tres o cuatro días después del implante, cuando todo había sanado, me sentí increíble cuando vi actividad”, le explicó Terho a la BBC desde su casa en Finlandia.
“Poco después de eso, cuando la luz llegaba a mi ojo, fui capaz de ver destellos, cierta actividad que antes no había tenido”, dijo.
A Miikka Terho se le retiró el prototipo del implante, pero se le prometió una versión mejorada que le será implantada pronto.
El chip funciona al transformar la luz que entra al ojo en impulsos eléctricos, los cuales son suministrados al nervio óptico.
Opera con energía externa y en el estudio preliminar fue añadido a un cable que sale por la piel detrás del oído para conectarse a una batería.
Para el investigador Zrenner, “este estudio presenta una prueba de concepto de que estos aparatos pueden restaurar la visión a humanos ciegos, pero el objetivo final de su aplicación clínica tomará todavía algún tiempo”.