Al reconocer la insuficiencia del modelo de fiscalización en los procesos electorales, el presidente del Instituto Federal Electoral, Leonardo Valdés, inició la discusión sobre el proyecto final de la Unidad de Fiscalización sobre los gastos de campaña durante el proceso electoral del 2012.
El consejero presidente consideró que el modelo de fiscalización vigente no logró dejar satisfechos a los partidos políticos, así como a las autoridades electorales y posiblemente tampoco a la sociedad.
“La aplicación del modelo de fiscalización demostró que la exhaustividad no es suficiente”, dijo.
Por lo que reconoció que las campañas electorales continúan siendo una carga excesiva para la sociedad mexicana, pues durante los 90 días que duraron las campaña en el 2012, partidos y coaliciones erogaron un promedio diario de 28.6 millones de pesos.
Aseguró que el gasto total de las campañas superó en 53 por ciento el financiamiento público que se otorgó, lo que generó que una de cada ocho campañas rebasara los topes de gastos establecidos por la ley electoral.
En sesión extraordinaria, el consejero Francisco Guerrero informó que el gasto total de las pasadas campañas presidenciales fue de poco más de 2 mil 572 millones de pesos.
En su oportunidad, María Marván propuso sanciones más severas para los gastos no reportados.
La consejera informó que la coalición Compromiso por México en gastos no reportados, utilizó casi 190 millones de pesos; es decir rebasó por casi 60 millones.
En prorrateo, Movimiento Progresista rebasó con 42 millones de pesos por un descuido, no por gastar más, afirmó el consejero Benito Nacif.
Afirmó que Compromiso por México fue la campaña que más dinero gastó con 712 millones de pesos y que Movimiento Progresista 502 millones de pesos.
